No corren buenos tiempos para ver gaviotas en el interior peninsular. Los gavioteros añoramos el frío, y los paisajes saturados de gaviotas que el otoño y el invierno traen consigo.
Sin embargo, en ocasiones las malas expectativas no se cumplen. Es el caso de la semana pasada en Alcázar. La ausencia de cantidad fue paliada con la variedad, y especialmente con la presencia, ya abundante, de juveniles de varias especies.
No me enrollo más, y paso a comentar las imágenes de la jornada, en esta entrada ridibundus y melanocephalus. Empezamos por las omnipresentes gaviotas reidoras (Larus ridibundus):
Es fácil distinguir a los adultos. Las reidoras adquieren el plumaje adulto en su primer año de vida, por tanto en estas fechas todas las aves, excepto los juveniles de este año, lucen un plumaje de tipo adulto.
En estas fotos podéis ver dos adultos en plena fase de muda de primarias. En ambas aves el escalón llega hasta P5. Es curioso: en las gaviotas más grandes, es muy raro que caigan de una vez cinco primarias. Lo normal (en sombría y pati, por ejemplo) es tirar a lo sumo 2-3 plumas.
Abajo, dos juveniles de reidora con un plumaje fresco, en perfecto estado. Es probable que procedan de la cercana colonia de cría. Me encanta la mezcla de tonos blancos, negros y marrones.
Un adulto mudando primarias hasta P3. Las primarias viejas están desgastada y "lavadas". |
En cuanto a las gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), conté no menos de 9 aves distintas (1 juvenil, 3-4 subadultos y el resto adultos).
La joyita del día vino en forma de jovenzuelo de cabecinegra, que se dejó fotografiar a placer:
Juvenil de Larus melanocephalus |
Juvenil de Larus melanocephalus |
Juvenil de Larus melanocephalus |
Podéis ver que el patrón del plumaje recuerda bastante a una reidora juvenil, pero hay sensibles diferencias que se observan mejor en estas dos comparativas:
En la próxima entrada, comentaré subadultos y juveniles de las gaviotas grandes: sombría y patiamarilla.
Un saludo amig@s.